Antecedentes
Durante años, las indicaciones geográficas (IG) en la Unión Europea estuvieron reservadas a productos agrícolas, vinos y bebidas espirituosas. Sin embargo, esta limitación ha comenzado a cambiar con la aprobación del Reglamento (UE) 2023/2411, que introduce por primera vez una protección armonizada para productos no agrícolas como cerámica, tejidos, cuchillería, vidrio artesanal, entre otros.
Esta innovación legislativa no solo representa un paso importante en la defensa del patrimonio cultural europeo, sino que también abre nuevas puertas para productores de terceros países, incluyendo América Latina, que busquen el reconocimiento y la protección de sus productos tradicionales en el mercado europeo.
¿Qué son las indicaciones geográficas no agrícolas?
Las IG no agrícolas identifican productos cuya calidad, reputación o características están vinculadas a un lugar de origen específico, pero que no pertenecen al sector alimentario. Ejemplos europeos emblemáticos incluyen:
• El cristal de Bohemia (Chequia),
• Los tejidos de Donegal (Irlanda),
• La cuchillería de Solingen (Alemania).
La nueva normativa permite a los productores proteger estas denominaciones en toda la UE, otorgando derechos similares a los de las IG agrícolas, incluyendo la exclusividad de uso y la posibilidad de acción contra imitaciones.
Claves del Reglamento (UE) 2023/2411
• Entrada en vigor: diciembre de 2025.
• Autoridad competente: Oficina de la Propiedad Intelectual de la Unión Europea (EUIPO).
• Protección automática: una vez registrada, la IG será válida en los 27 Estados miembros.
• Requisitos: el producto debe estar profundamente vinculado a su origen geográfico y cumplir especificaciones técnicas verificables.
Además, se prevé la posibilidad de registrar IG extranjeras, siempre que cuenten con protección en su país de origen y se cumplan ciertos criterios de equivalencia.
¿Por qué es relevante para América Latina?
Latinoamérica cuenta con un riquísimo patrimonio artesanal y manufacturero, muchas veces asociado a territorios específicos como los tejidos andinos, entre otros.
Con este nuevo régimen:
• Productores latinoamericanos podrían solicitar el reconocimiento en la UE, ganando acceso preferente al mercado europeo.
• Se abre la oportunidad de crear registros nacionales o regionales de IG no agrícolas, con vistas a su futura protección internacional.
• La regulación también fortalece la lucha contra la imitación y la apropiación indebida de nombres tradicionales.
Desafíos y oportunidades
El principal desafío para los países latinoamericanos será establecer marcos normativos internos que reconozcan y regulen las IG no agrícolas, condición necesaria para que estas puedan beneficiarse del sistema europeo.
From a legal perspective, law firms interested in supporting the internationalization of local products can play a crucial role in:
• Identifying and documenting potential non-agricultural GIs
• Drafting product specifications
• Representing clients before foreign authorities such as the EUIPO
Conclusión
La UE ha dado un paso firme hacia la protección del saber hacer tradicional más allá del sector alimentario. Para Argentina y América Latina, esta nueva regulación puede ser tanto una herramienta de desarrollo económico regional como una oportunidad de inserción internacional para productores y juristas.
El momento de prepararse es ahora.
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